Steve

A mis compañeros supervivientes: “¡Marquen la diferencia! ¡Disfruten de los buenos momentos y de los buenos días! Su presencia y sus historias enriquecen nuestras vidas mientras recorremos este Camino lleno de dificultades. Por un tiempo.”

Vivir con la EICH nos da la opción de practicar la resiliencia haciendo lo que nos ayuda, o de aislarnos y caer en una espiral descendente que nos lleve a la soledad y a un final prematuro. Para mí, la esperanza nunca muere porque estoy rodeado de personas maravillosas y cariñosas. Elijo no dejarlas todavía porque estoy vivo, me siento querido y puedo hacer la diferencia participando como voluntario en importantes organizaciones de lucha contra el cáncer de sangre, a través del acompañamiento y la investigación para mejorar nuestra comprensión de este viaje difícil, inesperado e indeseado, en el que nos embarcamos de repente sin previo aviso. Les digo a todos, y especialmente a mis compañeros sobrevivientes: “¡Hagan la diferencia! ¡Disfruten de los buenos momentos y de los buenos días! Su presencia y sus historias enriquecen nuestras vidas mientras recorremos este camino lleno de dificultades. Por un tiempo.”